En la actualidad, y desde la promulgación de la Ley de Ordenación de la Edificación, las garantías exigibles para las obras de edificación vienen reguladas legalmente mediante la obligación de contratar seguros para responder con mayor eficacia frente al consumidor final de los eventuales daños materiales o defectos de construcción, que ha obligado a las compañías aseguradoras a establecer un mayor control en el proceso de edificación, lo que consecuentemente ha encarecido el proceso productivo cuyo coste se repercute al usuario.
Los arquitectos y aparejadores también suelen tener asegurada su responsabilidad civil profesional a través de entidades aseguradoras especializadas .